Tomando tu almohada,
como trinchera,
tus brazos como armas,
mi corazón, espera,
ese toque de campana,
que me devuelva a la guerra.
Con banderas blancas,
esperanza ya no queda.
Tomando tu cama,
como campo de batalla,
tu boca y la mía,
como metralletas.
Ya nada falta.
Ya nada sobra.
Coge tu tanque,
yo, cogeré mi avioneta,
y de vez en cuando,
todas las noches,
luchemos,
como luchaban en las guerras.
22 de junio de 2010
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4 comentarios:
bienvenida la lucha si es así
Que buena batalla!!
holas helena..la guerra perfecta, la unica q vale la pena enfrentarse...:)
kariños
David.V.
la unica guerra que siempre merece la pena luchar
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