14 de abril de 2011

Publicado por Helena en 16:09
Cada vez que escucho tus gemidos,
sobre mi cabeza,
golpeando cada neurona,
cada nervio,
cada piel de gallina,

suenan los míos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"pero no pasó así con sus ideales"

:)

Toni Barnils on 27 de abril de 2011, 15:45 dijo...

un ideal nunca muere mientras una voz lo mantenga firme.

Salut i República.

 

Nunca he tenido el corazón tan rojo. Copyright © 2012 Design by Antonia Sundrani Vinte e poucos